Los vaticinios de muy pocos académicos, investigadores y analistas se hicieron realidad en la madrugada del 9 de noviembre: Donald Trump llega a la Presidencia de Estados Unidos, la potencia económica más importante del mundo; el fundamento de esta creencia fue lo acontecido con las encuestas sobre el Brexit y el movimiento de Paz en Colombia, un parteaguas en la información que se genera para la toma de decisiones de las empresas y emprendedores.

Se vislumbra un panorama con turbulencia y volatilidad que sí o sí afectará el desarrollo y crecimiento de las empresas, así como la situación que enfrentarán los emprendedores para realizar nuevos proyectos. El principal temor para ambos es que el mercado hacia nuestros vecinos del norte se contraiga; sin embargo, también se abre la oportunidad de buscar y ampliar horizontes en sus negociaciones comerciales hacia otros países.

La contracción del mercado se basa en la intensidad de los cambios o la posible revocación del TLCAN y del TPP. Si ocurre una total cancelación del tratado con Estados Unidos y Canadá, la posibilidad de una batalla bilateral en las relaciones comerciales será muy factible; unos de los primeros pasos en la mente de Trump podría ser regresar a los niveles arancelarios previos a 1992.

El tema de las inversiones también genera preocupación e incertidumbre, el que se apliquen mayores impuestos puede ser un freno a la llegada de recursos, no únicamente estadounidenses. A este punto, se le suma la mano de obra que puede perder empleos en ambos lados de la frontera.

La incertidumbre en la situación económica-financiera no solamente tiene componentes externos. La desconfianza en la economía al interior de nuestro país se refleja en la toma de decisiones de empresarios y en la posibilidad de emprender, la poca confianza en la gestión de la actual administración, la creciente inseguridad y los altísimos niveles de corrupción no favorecen al entorno económico nacional.

Los niveles de endeudamiento con respecto al PIB, la escasa creación de empleos que se han podido generar durante la administración, el inadecuado clima de negocios y la limitada implementación de las reformas estructurales sitúan a los empresarios y emprendedores ante un panorama gris para el cierre de este año y al menos el primer semestre del 2017.

Por lo que la felicidad no es la misma a cada uno de los lados del Río Bravo, aún sin muro.

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