Investigador advierte sobre aumento de trastornos depresivos en diciembre

Lun, 18 Dic 2017
El balance y cierre de ciclos puede tener un impacto negativo en algunas personas
  • La depresión y la tristeza no son lo mismo, afirma experto de la IBERO (Tomada de reasonwhy.es).
Por: 
Dr. Óscar Galicia Castillo*

Adicionalmente al ambiente festivo que acompaña estas fechas, la incidencia de trastornos de tipo depresivo también aumenta en esta época del año. Sin embargo, una de las cosas que muy poca gente sabe es que la depresión y la tristeza no son lo mismo

La tristeza es una emoción absolutamente adaptativa, no podemos evitar estar tristes alguna vez en nuestra vida, de hecho, estar triste, es la respuesta emocional adecuada en ciertas circunstancias, de tal forma que, si he perdido el trabajo, reprobado un examen, terminado una relación, perdido a una persona cercana, estar triste sería un signo importante de equilibrio emocional.

Por supuesto que nadie quiere estar triste, no es un estado emocional agradable, básicamente esa es la función de la tristeza, avisarnos que algo en el mundo está mal, que algo falló, que no estamos donde queríamos estar y que esa discrepancia nos duele.

Hay una gran cantidad de motivos en el mundo que pueden desatar la tristeza, sin embargo, uno de ellos es sin duda la culminación de algún ciclo de vida. Es inevitable que cuando un ciclo se cumple necesitemos hacer una evaluación mental de nuestra experiencia en ese periodo, aquello que logramos, aquello que nos faltó, eso que perdimos, eso que encontramos. Es muy común hacerlo en diversos momentos, como al acabar un periodo escolar, en nuestro cumpleaños, la jubilación  o cada fin de año.

Es muy común que al comparar aquello que se esperaba al inicio del ciclo no concuerde con lo obtenido al final, que sentimos que no hemos avanzado en nuestra vida, en nuestro trabajo, o en nuestras relaciones personales.  

La depresión por otro lado es una respuesta de tristeza exagerada que no corresponde en intensidad ni duración al evento que pudiera provocarla, en algunos casos ni siquiera existe un evento que la desencadene. La depresión, a diferencia de la tristeza, no mejora con el tiempo, todo lo contrario, empeora y los síntomas se agravan.

Normalmente hablamos de periodos de tristeza intensa de al menos seis meses de duración, donde las personas modifican sus hábitos de sueño, sus hábitos alimenticios, se muestran apáticos, incapaces de disfrutar cualquier cosa, incluidas las que solían gustarles. Se encuentran profundamente negativos y desesperanzados, perdiendo toda motivación, incluso, por la vida.

El año nuevo se convierte en una de esas fechas con altos índices de casos de depresión, pues es sin duda la fecha de corte de caja por excelencia, que puede inducir tanto la tristeza como casos de depresión.

Es importante diferenciarlas, ya que mientras una nos avisa de las circunstancias adversas de la vida que tenemos que evitar y cambiar, la depresión es tan intensa que inhabilita profundamente a las personas, impidiendo su desarrollo laboral, social, educativo, entre otros.

Tanto la tristeza estacional como la depresión son altamente tratables. Los profesionales de la salud mental pueden ayudar en ambos casos a mejorar el estado emocional y evitar que una tristeza se convierta en un caso de depresión.

 Si usted o alguien que conoce se siente triste en estas fechas, recuerde que no necesariamente tiene que saber cómo sentirse mejor y no necesariamente la única opción es sufrir abnegadamente. La opción es consultar a un especialista de la salud mental que lo puede ayudar a sentirse mejor. No tiene nada qué perder más que sentirse mejor.

*El Dr. Óscar Galicia Castillo es coordinador de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Iberoamericana CDMX

 

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