Egresados de Ayotzinapa exigen al gobierno justicia, no repetición y reparación del daño

Mié, 26 Sep 2018
En la IBERO, compañeros y amigos de los 43 desaparecidos cuentan su experiencia sobre lo ocurrido en Iguala
  • Luis Ángel, Aquilino, Édgar Andrés y Francisco, egresados de Ayotzinapa y estudiantes de la IBERO.
  • Aquilino Mejía.
  • Francisco F. Mejía.
  • Continúa la búsqueda de los 43.
  • ¡Vivos se los llevaron y vivos los queremos!

‘Ayotzinapa: nuestra historia’
Primera de dos partes.

Aquilino Mejía, Édgar Andrés Vargas, Francisco F. Mejía y Luis Ángel Navarrete, egresados de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa (Guerrero) y en la actualidad estudiantes de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, exigieron justicia para sus 43 compañeros desaparecidos, garantías de no repetición y reparación del daño.

Así lo proclamaron en ‘Ayotzinapa: nuestra historia’, evento organizado por la Sociedad de Alumnos de la Licenciatura en Psicología de la IBERO, en el cual los amigos de los 43 estudiantes desaparecidos contaron su experiencia en el caso Ayotzinapa y lo que hay detrás de la distorsión de los medios.

Al gobierno mexicano le exigen, más allá de su ‘verdad histórica’, “justicia para los 43 compañeros desaparecidos, para los tres compañeros asesinados, para sus familias, para los alumnos de la Normal de Ayotzinapa”, mencionó Aquilino.

Además, pidieron verdad para el caso Ayotzinapa, pero no sólo para éste, también para los miles de casos de desaparecidos y desparecidas en México, país en el que “día con día se siguen encontrando fosas clandestinas y cuerpos, y cuerpos y más cuerpos”.

Igualmente, solicitaron la garantía de no repetición, para que en México no vuelvan a ocurrir hechos lamentables como el acontecido en Iguala, Guerrero, la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014. Y finalmente, demandaron la reparación del daño.

Aquilino dijo al estudiantado de la IBERO que fue a escuchar ‘Ayotzinapa: nuestra historia’ que a él y a los otros egresados de Ayotzinapa “nos pueden ver aquí, quizá normales, estudiando, pero no estamos bien, porque nos faltan 43”; de quienes están esperando su regreso, porque saben que están vivos.
Y tajante, dijo a la gente del Estado: “Podrán golpearnos, podrán encarcelarnos, podrán matarnos, podrán difamarnos, podrán desaparecernos, pero con nuestros ideales de lucha jamás podrán hacer nada”.

Un Estado que calificó de “sordo, un Estado corrupto, un Estado mudo, encabezado por personas corruptas que ponen sus intereses por encima de los derechos humanos, de la gente, de la pobreza, de la educación; ese es el mensaje que dio el gobierno el 26 de septiembre”.

La esperanza vive

Francisco F. Mejía, cuya lengua materna es el náhuatl y quien en la Isidro Burgos cursó la Licenciatura en Educación Primaria con Enfoque Intercultural Bilingüe, relató que en la región de la montaña de Guerrero, donde se encuentra la Normal de Ayotzinapa (en el municipio de Tixtla), no hay hospitales y no hay escuelas, “por mal manejo de los recursos por parte del gobierno”.

Eso explica que cada año los estudiantes de Ayotzi tengan que movilizarse para ejercer presión y exigirle al gobierno que cumpla con su derecho de brindarles educación a los jóvenes campesinos pobres que desean ingresar a esta normal, “para que nadie se quede sin estudios, sin su carrera”; aunque solamente se repartan 140 matrículas anuales.

Narró que a quienes tuvieron la oportunidad de entrar se les recibe con estas palabras desde el inicio: Bienvenidos a lo que no tiene inicio, bienvenidos a lo que no tiene fin, bienvenidos a la lucha eterna por ser mejores cada día; unos la llaman necedad, nosotros la llamamos esperanza. “Esa esperanza vive en nosotros, hasta hoy en día, de encontrar a nuestros compañeros con vida”.

Así lo siente Francisco, quien llegó a vivir en el mismo cuarto (la normal es un internado) con tres de los 43 desaparecidos, con los que compartía todo, con quienes se juntaba en los círculos de estudio, donde, como en el resto de Ayotzi, la gente se llama con cariño por su apodos: El Comander, Chabelote, El Botitas, El Kínder, El Benny, El Chuquito, entre otros tantos.

De los desaparecidos esa noche del 26 al 27, mencionó que pasada ésta, en Ayotzinapa cada día se decía: ‘al rato llegan’, ‘ya, ya vienen’, ‘han de estar en la cárcel’, ‘nos dicen que ya los andan buscando’. “Y nos quedamos esperando hasta ahorita”.

Sin embargo, “sabemos que están vivos, sabemos que están en un lugar, sabemos que fue el Estado quien se les llevó, los desapareció, porque siempre han encubierto todo”.

Por eso, a sus también compañeros de la IBERO, les dijo que él y los otros tres egresados de Ayotzinapa les quieren pedir que “sigan apoyándonos en cuestión de buscar, de encontrar a nuestros compañeros (los 43), de pedir justicia por los tres compañeros caídos: Julio César Mondragón Fontes, Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo”.

“Son cuatro años muy pesados desde aquella noche, pero no nos vamos a cansar de seguir buscando a nuestros 43 compañeros, y de que para los compañeros caídos haya justicia. Es todo lo que yo les pido. Y pues, ¡vivos se los llevaron y vivos los queremos!

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219