Rector de la IBERO da la bienvenida a estudiantes de nuevo ingreso

Vie, 10 Ago 2018
Comparte con las y los alumnos tres secretos y cuatro pistas sobre la IBERO, Universidad confiada a la Compañía de Jesús
  • Mtro. David Fernández Dávalos, Rector de la IBERO.
  • Asistentes a la Ceremonia de Bienvenida Otoño 2018.
  • Los alumnos se abrazaron como parte de la Comunidad IBERO.
  • Los nuevos 'lobos' recorrieron las instalaciones de la Universidad.
  • Las y los estudiantes recibieron algunos obsequios.
El Maestro David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, dio la bienvenida a las y los alumnos de nuevo ingreso, quienes este semestre Otoño 2018 comenzarán sus estudios superiores.
En la ceremonia, llevada a cabo en el Centro Cultural y Deportivo Enrique Torroella, el Padre Fernández Dávalos compartió con el estudiantado tres ‘secretos’ y cuatro ‘consejos’, que conocerán y les serán útiles a partir de la próxima semana, que será su primera en la Universidad.
Tres secretos
  1. Todos estamos nerviosos. Los alumnos que no son oriundos de la Ciudad de México, porque están lejos de sus familias, de sus amigos y están en un nuevo entorno general poco conocido. Los capitalinos, porque están empezando algo nuevo en un entorno desconocido, quizá dejaron a sus amigos en otro lado y ahora van a tener que empezar a conocer nuevas personas. 
  2. “En el fondo se están preguntando si van a encajar en nuestra comunidad, o no van a encajar, si se van a poder integrar, si se van a sentir bien o no se van a sentir bien”.
  3. Está bien que no sepan muchas cosas. Está bien que se pregunten todo lo anterior, porque no hay ningún problema, al ser imposible conocer las respuestas a todos esas preguntas.

“Yo, como Rector, quiero darle gracias a Dios, por todos y todas ustedes. Quiero agradecer que ustedes han elegido esta Universidad jesuita; quiero agradecer, porque ustedes se van a abrir a lo que Dios quiera hacer de ustedes, con libertad; quiero agradecer que son pacientes y van a dejar hacer a Dios su trabajo”.

A los cerca de mil 800 estudiantes de recién ingreso a la Universidad el Mtro. David Fernández también les dijo que en esta nueva etapa de sus vidas empezarán a ser adultos, porque van a tener que tomar muchas decisiones que antes tomaban por ellos sus papás, sus amigos o quien fuera. Y enseñarles cómo tomar esas decisiones es precisamente una de las grandes fortalezas de la IBERO.

“Nuestra Universidad en el fondo lo que quiere es ayudarlas, ayudarlos, a tomar decisiones correctas y acertadas, en su vida profesional y en su vida como ciudadanas, ciudadanos, en su vida como personas”. Porque una de las tareas de una universidad confiada a la Compañía de Jesús, como es la IBERO, es enseñar a las personas a tomar decisiones saludables, que les hagan crecer como personas, como seres humanos; “y eso es parte de nuestra tradición educativa”. 
En ese sentido, las alumnas y alumnos deben entender “que Dios nos da la capacidad para tomar buenas decisiones, basados no solamente en lo que pensamos, en nuestra decisión racional o moral de las cosas, sino sobre todo poniendo atención en lo que pasa dentro de nosotros mismos, en nuestro corazón, en nuestras entrañas, en nuestros sentimientos”.
La práctica de evaluar nuestro interior para tomar decisiones se llama discernimiento, explicó, “y a lo largo de toda su carrera queremos que aprendan a discernir, y esto no sólo es para católicos y cristianos, es para todas las personas. Escuchar la voz interior es escuchar la voz también de Dios. Y quienes no crean en Dios, es escuchar la verdadera naturaleza, lo más humanamente profundo”.
Cuatro pistas
Posteriormente, el Padre David compartió con las y los alumnos cuatro pistas sobre la espiritualidad jesuita, que les van a ayudar ahora que empiezan sus carreras:

1.- Sean ustedes mismos, sean ustedes mismas. “Dios nos hizo tal cual somos, pero muchas veces tratamos de ser otras personas. A veces pensamos que si fuéramos más altos, o más listos, o más ricos, o más guapos o mejores en el deporte, seríamos más felices”.

Mas cada cual es como es, y está bien que sea así. Porque cuando alguien se compara con los otros, compara lo que sabe que es su propia vida con lo que cree es la vida de las otras personas, en quienes sólo ve lo bonito, y considera que ellos tienen la vida perfecta, y la propia es una miseria. 

Pero eso es absolutamente falso. “Sólo vemos ordinariamente las cosas buenas que tienen los demás, y no vemos las cosas malas; y siempre vamos a perder porque conocemos nuestra propia vida, que tiene cosas buenas y malas”. Por eso les recomendó: “no tienen por qué andarse comparando, no tienen por qué dejar de ser lo que son, ustedes son así, y eso es bueno, nos enriquece como comunidad universitaria”.

2.- Ustedes pueden tomar buenas decisiones. Aunque se encuentren con dilemas que parezcan abrumadores, Dios les ha dado a todos la capacidad de tomar decisiones saludables y que produzcan vida. 

“Para tomar esas decisiones puedes apoyarte en tu familia, puedes apoyarte en los buenos amigos, puedes apoyarte en tus tradiciones religiosas, cualesquiera que sean. También tendrás trabajando a Dios dentro de ti, motivándote a evitar cosas que están mal y a abrazar cosas que están bien”. 

Y  aunque ahora se tomen decisiones equivocadas, como podría ser haber elegido estudiar la carrera incorrecta, no hay que preocuparse, porque las decisiones se pueden cambiar.

3.- Nuestra educación se enfoca en el cuidado de la persona. La IBERO se preocupa por cada uno de sus estudiantes, a quienes ve como personas enteras, es decir, la Universidad no sólo se interesa en su intelecto, porque “no queremos que sean genios racionales, pero inhumanos o despiadados e insolidarios. Queremos que crezcan completamente en su capacidad de compasión, de solidaridad, de sentimiento, de creatividad”.

La IBERO, como Universidad jesuita, no se preocupa únicamente porque sus estudiantes obtengan títulos. “Queremos que sean buenas personas, buenos ciudadanos y ciudadanas, que estén sanos. Nos preocupa también su alma, su vida espiritual, su interioridad, que estén satisfechos con ustedes mismos, que sean capaces de tener empatía, que enfrenten con alegría, con optimismo, la vida. En esta universidad, en la IBERO, vamos a preocuparnos por ti, por tu cuerpo, por tu mente, por tu espíritu”.

Por su puesto parte de ese cuidado personal incluye que las y los alumnos se cuiden a sí mismos, que se respeten a ellos mismos, y respeten a los demás. “Dios vive entre ustedes, y son queridos por Dios, prietos, morenos, blancos, hombres, mujeres, gays, heterosexuales, pobres, ricos, con capacidades distintas. Todos y todas somos queridos por Dios, y somos valiosos, y aportamos lo que tenemos”.

La pregunta es si los estudiantes se pueden respetar a sí mismos, o sea, cuidar sus cuerpos, tener hábitos saludables y tomar decisiones saludables que les ayuden a crecer y a florecer. También significa respetar a las demás, sin aprovecharse de ellos; y en un nivel más profundo, apreciar a los demás, quererlos como son, dejándolos ser lo que son y amándolos por lo que son.

“Esto vale para todas las personas, incluso aquellas que parecen totalmente diferentes a ti; no tengas miedo de conocerlos. La Universidad Iberoamericana tiene una comunidad muy diversa, muy distinta; todos son valiosos y valiosas, y todos merecen nuestro respeto. No sólo no les tengan miedo, busquen a otros compañeros y compañeras que sean distintos, para que los saquen de su zona de confort, para que discrepen de ustedes, expandan sus modos de pensar y de sentir, que los hagan seres humanos más compasivos, comprensivos, misericordiosos. Esto es parte de lo divertido de estar también en una Universidad, no es sólo clases, son relaciones, y son relaciones enriquecedoras”.

4.- Traten de ser agradecidos. Una parte de la gratitud es justamente agradecer lo que uno es, y así está bien y eso es bueno. Hay que estar “agradecido, agradecida, por los dones que Dios me ha dado y por el modo en que Dios me ha hecho”.

Finalmente, el Rector reconoció a los alumnos que este es un tiempo de nervios, de ansiedad, pero también espera que caigan en la cuenta de que les ha sido dado un gran regalo en sus vidas; la oportunidad de estudiar en la IBERO, una Universidad incluyente, plural, diversa, de alta calidad académica y comprometida con la sociedad. “La gran pregunta que tienen que contestarse ustedes, en los próximos cuatro años, es qué van a hacer con este grande y precioso regalo que ahora reciben”.
Texto: PEDRO RENDÓN/ICM
Fotos: Alberto Hernández

 

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