Diplomado en Liderazgo Ignaciano busca formar profesionales con las cuatro 'c'

Lun, 20 Ago 2018
Un total de 21 estudiantes de la Universidad Iberoamericana CDMX se graduaron, tras un año de promover la justicia social
  • 21 jóvenes se graduaron del Diplomado en Liderazgo Ignaciano (Alberto Hernández/IBERO).
  • Mtra. Mercedes Urbina, coordinadora del Diplomado (Alberto Hernández/ IBERO).
  • La estudiante de la Licenciatura en Psicología y egresada del diplomado, Daniela Casais (Alberto Hernández/IBERO).
  • La Mtra. Aurora Zarzosa, coordinadora del Centro Universitario Ignaciano (Alberto Hernández/IBERO).
  • La Mtra. Araceli Téllez, directora general del Medio Universitario, estuvo presente en la ceremonia de graduación (Alberto Hernández/IBERO).
  • La ceremonia se llevó a cabo en el auditorio Fernando Bustos de la IBERO CDMX (Alberto Hernández/IBERO).

La Universidad Iberoamericana celebró la graduación de 21 jóvenes, quienes durante un año cursaron el Diplomado en Liderazgo Ignaciano, programa que busca formar profesionales conscientes, competentes, compasivos y comprometidos.

Este curso se imparte en 17 centros pertenecientes a la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América (AUSJAL). En el primer semestre del programa, se trabaja con la persona, a quien se le ayuda a interiorizar y encontrarse. El segundo periodo aborda temas de justicia social y problemáticas que compartimos como latinoamericanos, esto con el objetivo de plantear alternativas más humanas.

De hecho, durante el curso, los estudiantes diseñaron y ofrecieron talleres para jóvenes en Chalco, Estado de México, y para padres de familia de dos secundarias ubicadas en el pueblo de Santa Fe.  

“Para algunos de ustedes, jóvenes, la inserción comunitaria no fue algo nuevo; para otros, implicó moverse y aceptar que todo lo que antes hubieran pensado sobre liderazgo nada tenía que ver con la inserción en Chalco, con las cifras de pobreza, con la necesidad de formarse como ciudadanos, con mirarse internamente con reconocer sus emociones, con ser sensibles a los otros”, expresó la Mtra. Mercedes Urbina, coordinadora de dicho diplomado.

Urbina añadió que en el diplomado descubrieron que el liderazgo implica un trabajo personal y de servicio; así como un liderazgo relacionado con la espiritualidad y con herramientas, probablemente, nunca escuchadas, tales como el discernimiento o el eneagrama.

“Descubrieron que lo que los gurús del liderazgo señalan como (características) necesarias —la autoconciencia, la autorregulación, la motivación, la empatía, las habilidades sociales, la identidad, la conexión con su equipo, la comunicación, la influencia y el empowerment (empoderamiento)— no son posibles sin un trabajo interno”.

Por su parte, la Mtra. Aurora Zarzosa, coordinadora del Centro Universitario Ignaciano, comentó que los Ejercicios Espirituales ordenan lo que acontece en el interior de cada uno y cada una, como respuesta a su historia y a lo que están viviendo. En las sesiones, los enfrentan a mirar la realidad y a construir un pensamiento crítico, tanto en el conocimiento personal como de la sociedad en la que vivimos.

“Hoy ustedes son testigos de la acción del amor, de la necesidad de discernimiento en la vida ordinaria, de la necesidad de reconciliarnos, es decir, de vincularnos de distinta manera para reconstruir nuestro hogar y restaurar la armonía que brota como fruto de la justicia, que es condición necesaria para reconstruir la posibilidad de habitar en el amor”, agregó.

En un mensaje para sus compañeros, la estudiante de la Licenciatura en Psicología y egresada del diplomado, Daniela Casais, señaló que el Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano (PLIUL) no se enfoca en hacer, sino en ser, en el conocimiento propio, en crecer y ser una mejor versión. De esta forma, se actuará con amor hacia uno mismo y hacia los demás.

“Antes de ser líderes con otras personas aprendimos a ser líderes con nosotros mismos. Nos adentramos en nosotros y contactamos con nuestras emociones, pasiones, heridas y motivaciones. Discernimos para tomar decisiones, no por miedos o apegos, sino por amor y en libertad”, añadió.

Previamente, en la misa de San Ignacio, encabezada por el Padre David Fernández, J. S., Rector de la IBERO, la estudiante Xamara Navarrete, compartió que durante su paso por el PLIUL encontró personas maravillosas con un fin común: trabajar en favor del prójimo.

“Descubrí un amor genuino. Nuestra unión generó una amistad, una familia y un sinfín de ideas que se convirtieron en proyectos y resultados fructíferos para la paz en nuestra sociedad".

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Valentina González/ICM

 

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