Desigualdad social en México se refleja en sistema educativo: especialista

Jue, 1 Jun 2017
Nuevo Modelo Educativo no hace distinción entre medio rural y urbano
  • Lesvia Rosas Carrasco, especialista en educación primaria.

La profunda desigualdad social que existe en México también se refleja en el sistema educativo, lo que remite a preguntarse sobre la relación entre la educación y la sociedad, toda vez que la educación puede contribuir a ahondar o a revertir la desigualdad, dijo en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México Lesvia Rosas Carrasco, investigadora independiente y especialista en educación primaria.

Al analizar qué tipo de educación se procura en el Nuevo Modelo Educativo y cuáles son sus implicaciones para los niños y jóvenes de las zonas rurales en términos de pertinencia y relevancia, mencionó que el documento habla de manera genérica de la diversidad y engloba a la población rural, indígena, afrodescendiente y migrante en una categoría de grupos marginados y vulnerables.

Por la población que de ellos acude a las escuelas, a éstas se las enlista como rurales, multigrado, indígenas, de jornaleros agrícolas, para migrantes, telesecundarias y telebachillerato; población que según el texto, citado por Rosas, "acumula déficits marcados que propician el abandono escolar, que tienen menos oportunidades de desarrollar al máximo su potencial".

La investigadora afirmó que sin un análisis que dé cuenta de la que ha sido la educación rural a lo largo del siglo transcurrido, y sin advertir las diferencias que existen entre los distintos tipos de escuelas, en el Nuevo Modelo Educativo “se formula otra vez un curriculum único, nacional, con una parte obligatoria y con un espacio para que cada una de las escuelas consideradas como diversas integre algunos contenidos regionales y los adapte a sus condiciones específicas”.

Añadió que por la forma en que se introduce el Nuevo Modelo Educativo, se advierte que parte del concepto de una sociedad mundial y globalizada de la que México es partícipe. “Por lo que el ciudadano que se permite formar deberá estar capacitado para vivir y desarrollarse en ese tipo de sociedad”.

Posiblemente, debido a ese enfoque, es que en el documento no se hace una distinción entre el medio rural y el medio urbano, no hay una definición de población rural o de lo rural, de las condiciones de vida y las características de los niños y jóvenes que habitan esas zonas, de lo que para ellos significa la escuela a la que actualmente asisten, del papel que le corresponde desempeñar a la educación en esas zonas o para esa población, y tampoco se define la escuela rural.

Al citar otra vez el nuevo documento, Rosas Carrasco destacó que, de acuerdo con el texto, el modelo educativo elaborado hace casi cien años "no refleja cabalmente en la organización, ni en los contenidos educativos, la variedad de perspectivas y culturas que preservan identidades diferentes, reflejo de la diversidad que nos caracteriza como nación".

Agregó que en el Nuevo Modelo Educativo tampoco se ha logrado reflejar esa variedad. “Si bien en la propuesta del nuevo modelo se reconoce que en el país existe una diversidad de escuelas, y esto se menciona reiteradamente en todo el documento, hace falta un capítulo dedicado a describir y analizar la situación de cada una de ellas”.

Reconoció que hace casi un siglo existía un proyecto de nación que trataba de homogenizar a México, con el propósito de que los habitantes del medio rural se incorporaran a ese proyecto. “Y la escuela rural mexicana sirvió a ese propósito tal vez sin considerar las diferencias culturales en toda su dimensión”.

 “Pero hoy que sí se han reconocido, es necesario asumir que no se trata sólo de una diversidad de escuelas; se trata de una multiculturalidad que se ha hecho presente a lo largo de más de cinco siglos durante los cuales los problemas de la equidad y la pertinencia de la educación no han sido resueltos”.

Si se piensa en la población rural como deficitaria; y en las escuelas rurales, multigrado, indígenas, de jornaleros agrícolas, para migrantes, telesecundarias y telebachillerato también como deficitarias ante otra modalidad educativa; difícilmente por muchos apoyos que se les hagan llegar lograrán desarrollar todo su potencial, que es uno de los propósitos del Nuevo Modelo Educativo. 

“La pregunta que surge entonces es: ¿Puede una escuela concebida de manera general y homogénea simplemente adecuarse a culturas distintas? En fin, ¿a qué proyecto de nación o a qué visión de la sociedad responde el modelo que hoy se propone?”, concluyó.

Las reflexiones compartidas por Lesvia Rosas Carrasco en la IBERO fueron dadas a conocer en la mesa de análisis "La educación rural en el Nuevo Modelo Educativo para la educación obligatoria en México", organizada por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (Inide) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

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Texto y foto: PEDRO RENDÓN/ICM

 

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